viernes, 23 de agosto de 2013

Amor Puro por Jason Evert

Si un amor genuino se te ha escapado hasta ahora, o si crees que has encontrado a la persona perfecta y quieres que te resulte bien, o si los reproches y la confusión te han hecho pensar que tal vez no existe el amor con el cual has soñado, las siguientes páginas han sido escritas para ti.
Si eres como yo, te han dicho que el sexo es malo. Pero cuando preguntas por qué, escuchas algo como, "simplemente es malo, así que no lo hagas", o "¡Te vas a contagiar con una enfermedad o vas a terminar embarazada!" Aunque estoy seguro de que sabes que el sexo tiene sus consecuencias —y pueden ser lamentables si es que ocurren—, estas razones no siempre son convincentes ni suficientes.
Nuestra generación ha sido enseñada cómo evitar las enfermedades venéreas, los medios de comunicación enseñan 'cómo seducir en 15 minutos' o 'aumentar la frontera de tu placer', pero lo que en verdad queremos saber es cómo encontrar y gozar un amor auténtico, cómo fortalecer, y mantener una relación de amor verdadero, un amor que crece, hace feliz y llena. Se supone que el sexo es un gran regalo, y uno se cansa de escuchar sobre las enfermedades y la cantidad de embarazos no deseados. Si estás listo para otra perspectiva, si quieres que el regalo del sexo y lo que significa sea tan grande como fue la intención, continúa leyendo. Yo me reúno con algo así como 15,000 jóvenes de colegio y universidad todos los meses... le he dedicado mi vida a este 'asunto' y lo que sigue son algunas de las mejores preguntas que he oído. Buscando las mejores respuestas, descubrí que la gran clave que abre el misterio de la sexualidad es la reverencia, la pureza de corazón. A medida que vamos perdiendo la reverencia hacia el sexo y lo que significa, nos vamos haciendo ciegos e insensibles a una realidad capaz de deslumbrar y dejar al mundo sin respiración de lo maravillosa que es.
Cristo lo dijo: 'Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios' (Mat. 5:8). Alcanzando la pureza de corazón, un hombre realmente se hace capaz de ver la imagen de Dios en una mujer, y una mujer realmente llega a ver la imagen de Dios en un hombre. Así redescubrimos cómo amarnos: como Dios nos ama. Acepta el desafío... Si tengo el coraje y la valentía de oír a Cristo (más que a mi imaginación o justificaciones convenientes), ¿me pedirá que le dé algo que en realidad no quiero darle? Si no aceptamos el desafío de mirar con honestidad dentro de nuestro corazón, si vivimos como si en nosotros no hubiese nada necesario de arreglar, nos estamos engañando. Si realmente quieres encontrar el amor y ser libre, oye la buena noticia: la verdad te hará libre.
Ha llegado nuestro turno para una nueva revolución sexual. El plan de Dios para el amor es TODO lo que nuestro corazón anhela y parece no terminar de encontrar. Para recibirlo, debemos aprender a darlo. Aquellos que lideren a nuestra generación en el camino hacia esa victoria, serán aquellos que hayan conquistado su pasión egoísta y autocompasiva, entregándose por entero a Cristo. Acepta el desafío con el entusiasmo, el coraje y la fuerza que nos da nuestra juventud.
Es mi oración que todos los que lean este librito encuentren guía donde haya desorientación, estímulo donde haya desesperanza, luces para sanar donde haya heridas y el inmenso gozo y paz que provienen de ofrecerle a Dios todo lo que somos, todo lo que tenemos y todo lo que hacemos.

¿Cómo encuentro el amor?
Todos quieren amor. Todos añoran el entregarse a otra persona y ser amado por ella. Fuimos diseñados para el amor, y esa necesidad dentro de nosotros es tan profunda que muchos prefieren arriesgar el embarazo o enfermedades venéreas que vivir sin amor. Puede que estemos dispuestos a asumir ese riesgo porque el mundo nos dice que el sexo es igual al amor. Luego vemos relaciones en las cuales el sexo fuera de lugar o de tiempo destruyó el amor y nos preguntamos qué pasó... La única solución capaz de romper este dolor, este vacío y confusión es la virtud conocida como la castidad.

¿Qué es la castidad?
La castidad es una virtud (como la valentía o la honestidad) que se aplica a la sexualidad de una persona. Quiere decir que tomas todos tus deseos sexuales y los ordenas de acuerdo a las necesidades del amor verdadero. Por ejemplo, cuando amas a una persona, haces cualquier sacrifico por ella y haces lo que sea necesario para no dañarla. La castidad quiere decir que tomas esta decisión de amor y la aplicas al sexo.
Algunos piensan que castidad simplemente quiere decir "sin sexo." Pero eso es la abstinencia: enfocarse en lo que no puedes hacer o tener. La castidad es lo que sí puedes hacer y tener ahora mismo si lo quieres: una forma de vida que te da libertad, respeto, paz, alegría y hasta romance, sin reproches, sin temores ni angustias. La castidad libera a las parejas de la actitud egoísta de usarse uno al otro como objetos, dejándolos libres para tener y gozar de un amor verdadero. Vivir la virtud de la castidad, de forma positiva, va purificando tu corazón en todos los ámbitos, fortalece tu voluntad y tu relación íntima con el Señor.
Tanto para los casados como para los solteros la castidad significa reverencia por el don del sexo y nos capacita para dar y recibir amor de verdad.

Más en: http://unamujerunavoz.org/wp-content/uploads/2013/06/Amor-puro-Jason-Evert.pdf

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